Algunos siempre quieren más… Es el caso de un chaval de 20 años que tiene la suerte de haber nacido hijo de un millonario suizo. Solía conducir un modelo clásico del Ferrari 458 Italia que está tasado en 245.000 euros. Pero él quería un Ferrari nuevo, a pesar de que su “papá” ya le había comprado 15 coches, entre ellos un Lamborghini. Entonces preparó una coartada para no tener que pedir más dinero en casa y comprarse un coche nuevo con la indemnización del seguro.
Contrató los servicios de un masajista mientras enviaba a sus amigos con el coche a Alemania. Allí le prendieron fuego en un solar industrial. La policía abrió una investigación en la que revisó las llamadas de teléfono y los vídeos de vigilancia y descubrió el engaño.
El joven no ha cumplido su sueño: ha sido condenado a 22 meses de libertad condicional y 28.800 euros de multa. Moraleja: “la avaricia rompió el saco”.